jueves, agosto 17, 2006

La concha de tu madre

El justicialismo provincial ofrece códigos de lealtad y asistencia para que la inserción definitiva del capitalismo contenga no un drama de lucha de clases en su entraña sino un fondo tumultuoso de comunitarismo, un catecismo de religiosidad popular, que es el río profundo de la fe en el progreso, el fósforo mañanero de los guardapolvos blancos que caminan al costado de la ruta sojera, sagrado y virgen; el intendente aprende los modos de la gestión empresaria (eficiencia-velocidad-ejecutividad) para la gestión pública: la idea negativa de una burocracia estatal diluida en las oficinas modernas para el Plan Incluir; todo va a parar al fondo de barro de la auditoría. Un intendente es un "hacedor", hacedores municipalistas permeables al nuevo relato nacional con la elasticidad de producir hechos, hechos, cloacas, riego artificial. Y el empleo público como alianza productiva: la capacitación para que la cooperativa X produzca el pan para el comedor Z, y a TODOS banca el municipio, que le baja la provincia y el centro de referencia del ministerio de la ministra...

La concha de tu madre,
no escribas donde no hacés pie

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