jueves, julio 24, 2014

Teorema naranja

Leemos a Pablo Touzon:

Scioli parece haber resuelto (y ocho años al frente de la Provincia de Buenos Aires así parecerían atestiguarlo) con maestría el problema de gobernabilidad bonaerense. Y los índices de popularidad refrendan que le sea posible superar la maldición del Gobernador que no llega a Presidente. Scioli sale por arriba del laberinto, su solución al problema de la Provincia es bien simple y bien difícil a la vez: No gobernarla.
Una vez, una mañana, básicamente: el día después al cierre del canje del 2005, yo trabajaba en un programa del gobierno de la ciudad y tenía que ir dos veces por semana a la sede de avenida de Mayo, frente al Cabildo. Y esa mañana en la puerta del Cabildo me crucé a Guilermo Nielsen (del equipo de Lavagna), me paré, él iba con alguien más, le dije: "Señor, gracias, usted es un patriota", y le di la mano. Casi llorando. El tipo me miró como si lo hubiera saludado un nativo. En fin. Tengo este problema con Lavagna: no puedo odiarlo.