viernes, mayo 29, 2009

Días de kirchnerismo serial...

La imagen que ilustra el post me recuerda a la mejor canción de Charly y su consigna para conseguir chicas: cambiar es bien.

¿Y la gente que no?

martes, mayo 26, 2009

Las Cartas de Pablo

"En este momento del país y del mundo, es evidente la complicación de algunos, no para adaptarse a los cambios (eso puede simularse), sino para soportar las presiones con las que hay que negociar para no caerse: lo digo seguramente por la doble sorpresa -sorpresa mía- de haber llegado a un punto del cual no hay retorno y también por la incapacidad de creer que eso es una maldición o que esta época, la nuestra, representa un declive. La idea de declinación es un obstáculo para pensar, creo, cualquier cosa que uno encare. Prefiero, como metáfora histórica y subjetiva, la metamorfosis. La era de la técnica es impiadosa. Pero sospecho que la resistencia a esa impiedad debe ser igual de impiadosa. (...)"

(P. Ch.)

sábado, mayo 23, 2009

Porotos

Acabo de terminar de ver por canal 7 Porotos de soja.

Una pregunta podría ser: ¿cuánto ganó y cuánto perdió el gobierno tras el conflicto? Lo que se ve en el filme no da cuenta en ningún momento del reacomodamiento de legitimidades y apoyos que el gobierno sufrió. Y que significó cuantitativamente una merma. Después se puede decir que cualitativamente no. Bueno, ese es un razonamiento interesante: el conflicto del campo destrabó las representaciones políticas, las hizo mas nítidas. Pero la pérdida existió. Por mas inevitable o deseada. Mariana Moyano da cuenta del estado de movilización social y su relación con los medios, poniendo el eje quizás en el elemento mas significativo: ¿cómo sucedió el conflicto? ¿Cómo fue narrado? Y Mariana sabe de lo que habla.

Sin embargo, fuera de estas precisiones incotrastables que apunta, hay algo en el sentido común progresista (al que pertenecemos) que me hace ruido. Hay algo desproporcionado en el razonamiento. Dicho mal y pronto: en cuanto al rol decisivo de los medios en el conflicto (que lo tuvieron), pero en la interpretación acabada de ese rol. Lo que podría reducirse a lo siguiente: los medios mostraron su producción de realidad. Eso permitía no sólo entender "el enemigo" (cosa que sí permitió), sino negar otros aspectos fundamentales de la naturaleza del conflicto. Básicamente: cuál era (es) la sociedad que se definió como anti-kirchnerista.

Hay un problema ahí: el funcionamiento mediático combina producción y reflejo de realidad. Quiero decir: los medios se asoman, salen, se "montan", sacan sus movileros (sus "punteros"), se arrojan a una tierra cultivada por ellos, pero que es una intemperie también. Salen de caza. Pero la sociedad está ahí. Mariana recupera la escena después del rendimiento de Malvinas, cuando se da vuelta el camión de exteriores de ATC, visualizando en el canal estatal la fabricación de la escena triunfalista. ¿Uno podría marcar en esa distinción el fin de la dictadura? Uno podría ver en esa escena el principio de las privatizaciones también. La idea de lo independiente es, básica y rudimentariamente, la idea de lo privado, de lo no estatal. Después... el resto. ¿Todo Malvinas como clave de disolución estatal y nacional?

Hay escenas memorables del conflicto, no en la calle, sino en la transmisión, como la de Mónica Gutiérrez y su demarcación entre “las banderas rojas y negras de un lado y las argentinas del otro”, cuyo sentido macartista y reaccionario es burdo. Clima de manifestaciones "puras", sin banderas particulares. Habría una lucha entre lo universal y lo particular. Entre lo permanente ("campo") y lo provisorio ("un gobierno"). ¿Qué se puede agregar? Se puede agregar que sí. Que esa escena existe. Quiero decir: el tipo que dice que Cristina es una montonera resentida existe, lo dice, lo siente... y no está solo. Hay una especie de indignación, en el fondo, "frente a lo que los medios muestran", reintroducida bajo el imaginario de que eso es lo que los medios producen. Hay en esa idea una fe en la sociedad, en -como dice González siempre- la existencia de un río profundo, yo diría: el de las "tradiciones populares", al que la gente viene a contaminar con sus reclamos antipolitiqueros, de inseguridad, con sus banderas argentinas vaciadas de identidades, con sus fotos de muertos por la delincuencia. Es un razonamiento excluyente, que da cuenta de una mutua exclusión: ¿todos sabemos en qué sociedad vivimos? ¿Hicimos la cuenta de lo que la sociedad es? ¿Perdonamos a la sociedad después de la dictadura? ¿Vamos a perdonarla no estar a la altura de los libros que se escriben? ¿De las memorias que se invocan?

Digamos que los medios, al igual que en el 2001, durante el conflicto volvieron a sintonizar con un humor potente de la calle. Quiero decir: la acentuación en la capacidad constructiva de la realidad no puede tapar el bosque, o sea, la preexistencia de realidad, y el factor aún continuo de cierto reflejo les sigue perteneciendo a los medios de comunicación privados con virtudes tecnológicas inmejorables. No quiero decir que el huevo esté antes que la gallina, quiero decir que esta realidad embarrada y sinuosa, mezclada entre ganadores y perdedores, tampoco permite certezas tan amplias, que no dejen “dudas” sobre lo que estamos viendo y sus causas. Se opera sobre una realidad, no se la crea solamente. Digo “solamente” porque efectivamente hay edición y montaje, hay procesos y mediaciones enormes entre los hechos y la pantalla.

El filme de Blaustein es un diálogo con uno de los filmes políticos mas importantes de los últimos años: “La revolución no será transmitida”. Sobre el golpe de estado trunco de la derecha venezolana y la CÍA en abril de 2002. Pero acá "todo fue transmitido". "Las dos plazas en directo" ocuparon las dos mitades de la pantalla. En Venezuela los actores sociales en disputa efectivamente actuaron en las sombras: unos, en el sombrío mundo no televisado, en la movilización popular sin soporte visual; los otros, en la invisibilidad de un montaje, en el recorte. Hay otro filme sobre esos hechos venezolanos (francés) que da cuenta de cómo el montaje redirecciona una bala. Un disparo filmado y un impacto filmado son atados por un puente ilusorio que los hace directos. Lo que ese filme comprueba es que se hicieron en sitios distintos, no enfrentados. Es una suerte de “¿Quién mató a Rosendo?” bolivariano. Convirtieron a Chávez en asesino a través de una imagen falsa.

Pero los medios no tienen entrenamiento militar, ni activan resortes automáticos, y este gran filme de Blaustein no puede contener todo eso otro que se mueve alrededor de un mundo de la producción, un mundo rural, disciplinado, tecnológico, esotérico, de la producción agropecuaria que aún sostiene una gran parte de los valores nacionales, y que los reactualiza al calor de sus revoluciones tecnológicas (acentuando en ellas mas la reafirmación de sus valores originarios). Un tractor modernísimo es una reivindicación viva del viejo inmigrante pobre de la chacra. Hablo de imaginarios. (Por supuesto que hay vietnamitas, indígenas, campesinos, combativos... pero yo pregunto: ¿cuánto duró D'Elía después de que cortó con una tijera un alambrado?) El filme de Blaustein merece ser visto y discutido, es tenaz, tiene silencios, y da demasiado la palabra a algunos que no tienen nada para decir. El filme no puede ir hasta el fondo de una situación quizás porque es una situación aún abierta, de la que desconocemos el fondo. Hay algunas líneas rectoras de los movimientos económicos que encuentran en Zaiat un narrador eficaz. Pero el filme es contado por ese viejo productor de la FAA, excepcional en todos sus sentidos, que da cuenta del “otro campo esencial”, una sombra “del ser nacional oficial”, tan “esencial” como el otro. No hay una discusión filosófica sobre la ausencia del ser nacional, hay una disputa por quién es el ser nacional.

Entre los camioneros, los obreros de la construcción, los nuevos sindicalizados de la recuperación económica y la nostalgia "del campo que no fue" por el "aburguesamiento" que trajo el efecto sojero, se mide la dimensión del ser kirchnerista. Las intervenciones de la Federación Agraria siguen una línea de contradicciones que demuestra que ocuparon el lugar central de disputa de sentido. La discusión kirchnerista con el campo es contra los pobres (o humildes) que se hicieron ricos. Pero es mas tranquilizador para la narrativa imaginar “minorías”, “grupos concentrados”, etc., como insiste Depetri, porque son términos que dan cuenta de un nicho de poder de capacidad absoluta de producción. El enemigo es el dueño de las representaciones mas fuertes. La idea de que los antiguos “fierros” militares se metamorfosearon en otros “fierros”, ya sean tractores o cámaras, es una idea que tranquiliza conciencias desdichadas, y que energiza la moral de combate que se imprimió.

Pero insisto: el conflicto del campo mas que amenazar, y este es el punto que me interesa, ordenó la democracia.

Eso.

viernes, mayo 22, 2009

Hoy

a las 23hs. por Encuentro... Kirchner.

Y mañana "Porotos de soja", a las 14:30hs. por canal 7, el documental de David Blaustein. (Participa nuestra amiga Mariana Moyano.)

Ay, el yuyo que todos cosechamos.

jueves, mayo 21, 2009

Atomizar la butaca

Che hay cosas que estaría bueno no escuchar mas. Que un paro "es político" es una. Digamos, esa idea tipo "¿qué opina del corte ministro?", y el tipo dice: "yo creo que es político". Pero erradicar eso es difícil. La antipolítica es un terreno común, que todos mas o menos siembran. Otra cosa es cuando en plena campaña el oficialismo dice: "nosotros hacemos, mientras ellos hablan". Y bueno, claro, si sos oposición, y encima no tenés ningún distrito especialmente importante... te queda hablar. ¿Qué vas a hacer? Eso pasa en el mundo opositor no peronista. Es curioso: los tipos de la oposición no peronista que gobiernan, caso Fabiana Ríos o Binner, además de caerme bien, me parecen los mas sensatos y prudentes. No sólo billetera mata galán sino que por suerte billetera mata galán. Pero es un tema largo, en el que se mezclan racionalidades: a este país hay que gobernarlo a lo Kirchner, con pasión y obsesión municipal. Hay como una sensatez del poder en ellos, y un desprecio silencioso a la figura de Carrió evidente: que venga ella a gobernar, a negociar. Lilita, un tremendo error político cometido por ella, es no haber gobernado nada, lo que acentúa su rol social distinguido en el imaginario de una manera sugestiva: es una fiscal, lo que se traduce en "tiene que ir al parlamento a romper las pelotas". Es loco como aparecen confundidos los dos poderes, pero bueno, ella se ha montado del "lado de la justicia", y eso políticamente se paga. Como le decía Fontevecchia: perdoname Lilita, pero a presidente voto a Lavagna. ¿Podría haber gestionado algo? Entre el Chaco y la ciudad están, o estaban, sus chances. Yo creo que sí, que gobernar es aprender. El pro-peronismo encarna un híbrido interesante: ya gobiernan y tienen un par de buenos oradores, caso Felipe y caso Michetti, pero tienen menos cohesión que River. Scioli es un caso genial: yo no me lo imagino haciendo otra cosa que gestionando. Es un gobernador nato. Me lo imagino cabeceando en un helicóptero, cuando de pronto se sobresalta con un decimocuarto llamado del tipo que hace cinta en Olivos, a las 8 de la mañana, yendo de Zárate a Junín, emputecido entre las obras, la bonaerense, la cita en TN, etc. Macri, en ese sentido, es innegable que le puso impronta personal a su gestión, pero tiene algo que Aníbal Fernández percibió sutilmente: es vago. Y dicho por Aníbal Fernández, con el tono familiero, de crítica de cancha, y entre tantas "intensidades ideológicas", da un poco de aire fresco. (Quiero decir: cuánto mas llano y palpable se vuelve todo en la lengua de Aníbal Fernández.) Y eso dice también de De Narváez, cuando cuenta sus asistencias al parlamento. Yo no sé qué tan preocupante es eso. Sí es cierto que alguien que elige el eje institucional tiene en eso un problema: hay que ir a laburar. La respuesta sensata podría ser: "para qué voy si hay mayoría automática, si levantan la mano, si se dicta todo a dedo". Y bueno... entonces si es tan dramático renunciá. Pero además eso es mentira. En el Congreso se construyeron las mejores victorias y las mejores derrotas de todos. Mas allá de todo... no puedo dejar de ver Gran Cuñado. Tinelli es el hombre mas poderoso de este país. Lo firmo.

martes, mayo 19, 2009

Yo no sé qué es la poesía. Es un género de malentendidos. No sé qué decir exactamente, aunque sí tengo algunas intuiciones sobre conversaciones que ocurren. Algo que, naturalmente, “ocurre en el aire”. Quisiera hablar de una conversación. De algo que oí en el interior de una conversación. El año pasado la breve crónica bajo el título (El problema de ser pobre... pero no tanto) versaba sobre la negativa del gobierno porteño de incluir a una familia en el Programa de Emergencia Habitacional. El 5 de diciembre pasado, Fabiana Shafrick, jueza en lo Contencioso y Administrativo de la Ciudad, había ordenado la inclusión inmediata a este Programa de una familia que vive en la villa 3, conocida como Barrio Fátima, y que el gobierno se había negado a incluir, so pretexto “de que ya tienen una”. Llamar casa a la casilla donde viven es una infracción de la literalidad. Es poesía. Matías, un pibe de 17 años, es uno de los 6 hijos de Ruba Maloy. A Matías se le diagnosticó insuficiencia renal terminal “de un día para el otro”. No había antecedentes de nada: el pibe había crecido bien, sano, fuerte. Era el tercero de los seis. Ruba, su madre, aguantó todas las rutas de las migraciones en esta ciudad: ocupó casas, vivió en pensiones, llegó al albergue Warnes hasta su demolición, y de ahí al barrio Ramón Carrillo de Villa Soldati. Matías debía ser trasplantado de manera inminente. Esa operación se realizó en el Hospital Garrahan. Y el pibe, ya operado, recibe el alta médica. Vuelven a casa... casilla. La madre es conciente de los riesgos de la vuelta. La casa no está en condiciones de evitar una posible infección. Allí comienza el itinerario legal para ampararse y poder salvar la vida de su hijo de un riesgo evidente: no sólo viven en una casilla húmeda y precaria, sino que esa casilla está en la manzana 7, el fumadero del barrio y la zona liberada de los transas. Final feliz… les dan una casa. La tenacidad de abogados, vecinos, militantes del barrio, etc. desemboca en un departamento a estrenar, parte de un complejo de viviendas sociales ubicado en el mismo barrio. Ruba contó detalles de la operación del hijo, de su espera en un pasillo, sola. Y remarcaba constantemente esa soledad en el medio del hospital. Había algo en esos detalles, en ese día, en la divinidad de los hechos. “Yo estaba sola, me quedé sola, mandé a todos los chicos a casa, y lo pasé sola.” Uno puede estar solo en muchos lugares, pero probablemente se está mucho mas solo en un hospital. Y si sos la madre de un pibe al que van a hacerle un trasplante de riñón… mas todavía. (Si no sos esa madre, no podés saber lo que es ser esa madre: hay cosas intransferibles. El marxismo murió porque no se debía a lo particular.) Sólo percibo que toda la intención de Ruba logra efectivamente llenar sus ojos de lágrimas. Se creó una escena donde hay una mujer sola en un hospital. Pero hay mas. Hay algo mas que describe eso. Ella, cuando ya cayeron puntualmente las lágrimas que tenían que caer, “recuerda” lo que le dijo a su hijo. Lo que le dijo a Matías. Ella le dijo algo que no midió. Se podría decir: hubo una conversación directa, una iluminación de toda la fuerza maternal, material y natural, como si un dique se hubiese rajado y vuelto a cerrar automáticamente. Hubo algo para lo que la palabra “visceral” no tendría aliento. Ruba le dijo a Matías cuando se lo llevaban en la camilla una frase que guardaba un detalle furioso. Negrito, le dijo, quedate tranquilo. Eso le dijo, y algo mas: esto es como cuando naciste. Y algo mas: pero yo no te voy a poder acompañar esta vez, le dijo. (Negrito quedate tranquilo, esto es como cuando naciste… pero yo no te voy a poder acompañar esta vez.) Alguien que es empujado y sostenido por esa fuerza cómo no se va a quedar de este lado. Está agarrado de todos sus tendones, de los talones. Yo creo en eso. En las cosas que pueden decirse así. Ser padre debe ser como tener toda esa fuerza adentro. La condición de pobre de Ruba dota a la frase, a la anécdota, de un rigor cristiano y de una luz que protege la imagen, como un pesebre. Parir es acompañarse. Eso. Yo quisiera decir que eso es poesía. Poesía es conversación. Intimidad. Es una en un millón: la oportunidad de decirle algo a alguien, de hacer hablar la sangre. Algo, eh. ¿Te acordás cuando te parí? Eso, eso. Yo te acompañé, y esto es igual. Es igual ahora. Descansa la camilla, aquella vez, y esta vez, sobre la superficie de un río marrón que la desliza hacia un estuario. Ruba es inmensidad en la vida de Matías. Y ahora tienen casa nueva. ¡Vida nueva!

sábado, mayo 16, 2009

Hay un cantor de tango que adoro. Un gran cantor. Luis Cardei. Los fundamentalistas del tango macho (idea del tango desde la que se escucha a Gardel filtrado por Juilio Sosa) dicen que tenía una voz "chiquita". Para mí fue el último gran cantor. Vendrán otros, claro, el tango va a estar. La cuestión que este tipo contaba historias en las tanguerías, porque necesitaba parar, porque era hemofílico y había, de yapa, tenido polio, con lo cual se cansaba, tenía que estar todo el tiempo sentado. Y contaba. Un narrador tremendo. Pausa, drama, humor. Todo todo.

Martín Armada

Dublin, 16 de mayo, 2009

...

domingo, mayo 10, 2009

Km 11

Teniendo en cuenta los 3 peronismos que Artemio distingue: el peronismo K, el peronismo federal (Córdoba, Santa Fe, etc.) y el pro peronismo, estas elecciones parecen cristalizar en esa tríada la misma dispersión que las del 2003. O sea que la "recomposición de la política" (de la autoridad política) sólo se concentró durante la buena cosecha kirchnerista. Del otro lado, del lado cívico, lo mismo pero no... la muerte de Alfonsín cerró el círculo radical, un laaaaargo camino a casa de todos aquellos que amagaron, doblaron, ¿rompieron? ¿Qué futuro tiene la empatía capitalina entre Lilita y Michetti? Quizás eso rompa el hechizo y la brubuja cívica, y abra una verdadera diagonal de "extranjeros" en la constelación de Carrió y los radicales. Hoy, imposible. Y por otro lado, la colectora de centro-izquierda... ¿es la reserva moral sobre la que se proyectará el kirchnerismo 11? ¿De allí se desprenderá "su vice", cuando estén volcados decididamente a asumir la desgracia de los 3 peronismos vivos, juntando en el kirchnerismo la liga de intendentes, la provincia de Buenos Aires + eso? Quiero decir: ¿Heller es un Sabatella orgánico? Que Sabatella es un kirchnerista inorgánico ya se deduce. Uno puede ver el fin de ciclo donde partió el ciclo, porque, como repite Barone: el post-kirchnerismo es el pre-kirchnerismo. Los dos hombres sobre los que sobrevuelan dudas y fatasmas, y capaces de romper este esquema, son Scioli y Lole. Pero bueno, otro de los puntos de esta analogía, es la percepción del gobierno de Cristina: un gobierno que nadie duda que se va, una presidencia institucional, mas allá de su estilo, una suerte de piloto automático... ¿Nadie nunca hablará de su reelección? No hoy, pero sí después del 28 en que la terna de nombres se reparta esta aseveración será notable. ¿Será recordado el de Cristina como un gobierno de transición? ¿Y así como el de Duhalde se dirá: qué gran gobierno? Tengo mis dudas que la única verdad sea la realidad, al menos acá. Porque se trata de un gobierno cuya temperatura política estuvo fuera del cuerpo de la gestión. Su vocación y retórica institucionalista por dentro, y afuera, en los jardines de Olivos, el aventurerismo a la orden del día.


Pd melancólico: La pérdida de Alberto Fernández consuma la territorialización absoluta de los argumentos. Y no es que nos gustaba Alberto por "blanco", nos gustaba Alberto porque durante su era (cuando aún tenía poder) se dejaban zonas grises, audacias y decisiones conservadoras convivían "en su oscura armonía", los cierres estaban envueltos en razonamientos ambiciosos, eran cierres abiertos (¿oxímoron?). Alberto es como Kunkel: nunca "ganó nada", no tiene una espalda de votos, pero no actúa como si los tuviera. No es ahí como Kunkel, a quien definió Alejandro Bárbaro de manera implacable: un jacobino sin revolución. Alberto puede estar ahora caído en desgracia, remando una trama de lealtades incomprensibles, solo, pero tan solo como estuvo cuando hablaba de Kirchner hace muuuucho, muuuuucho tiempo.
Che, yo no sé ustedes, pero aún cuando dijimos esto, entre Ibarra y Malnatti... Ibarra.
Si no entraste en ninguna lista porque te abandonaron tus aliados 48 horas antes del cierre no se lo cuentes al mundo entero, papá.

viernes, mayo 08, 2009

Un poco de hipo brusco...

Se perdió la fuerza de arriba hacia abajo. Que alguien imagine, recete, pase sus horas de jactancia reseñando los modos de una nueva Colimba. El Estado no es un museo. La ley 1420 no fue votada en asamblea, no es producto de una acumulación de las bases. Este país perdió la capacidad de introducir fuerza de arriba hacia abajo. La contundencia del viejo orden simbólico. No es compatible el imaginario del Estado de Bienestar + Derechos Humanos. No estoy pregonando una exclusión mutua, sí la incompatibilidad de un relato que subraya la ausencia militar simbólica de ese orden social. El orden siempre puede ser un orden logrado, un resultado... a defender. Y esa marca, esa marca de posguerra, también confirma la filiación del deudo. Uno pertenece a un lugar por lo que da, también por lo que da, también por lo que ofrece. (...) Gente que busca gente. Una vez se produjeron unos segundos geniales en el antológico programa de ese nombre. ¿Recuerdan ese programa? El conductor presentaba casos en donde cierta gente exponía el suyo, o sea, sus ramas de parentela deshecha, de abandonos, de decisiones irremediables que cortaron lazos, gente que rajó a una cosecha y dejó el niño con una tía, que a su vez un día partió a lo de un hermano, que dejó una casa… Mudanzas y crianzas de frontera. (Un tal Espósito cruzó la Gran Salina… ¡no se lo vio mas!) Bueno, en ese programa maternal, en ese programa Casa Cuna, un joven expuso a quién estaba buscando: a su madre. Y supongo que toda la suerte dependía del trabajo de producción que se hacía, cuando el caso avanzaba y se empezaba a encontrar gente… Y entonces ahí ganaba protagonismo el caso y nuevamente se iba al piso a ampliar el relato, a construir el suspenso del reencuentro, y al reencuentro. Bueno, un joven que en ese momento tendría 25 años, se presenta diciendo que busca a su madre. Cuenta que vivía con ella y su padrino, y que una mañana la madre se fue a trabajar y no volvió mas. Trabajaba en una fábrica. Vivían en Moreno, supongamos. El conductor le pregunta qué edad él tenía en ese momento. Cinco años, responde. “¿Y en qué año naciste?- En el ’72.” “O sea que tu mamá desaparece en el ’77…” dice el conductor. Y se hace un silencio. La situación se vuelve un poco tensa. “¿Vos sabés lo que pasaba en esos años?”, profundiza. Él responde: “Sí, y es una de las cosas que me dijeron que puede haber pasado”. Silencio. Nunca más. Nunca más. Vi el programa los días sucesivos… y nada. Lo vi, lo vi, lo vi, y nunca mas pasó nada. Fue uno de los grandes momentos de la televisión, en la era menemista. ¿Y por qué fue un gran momento? Porque mostró mucho mas y mejor. Mucho mas y mejor por dónde pasa el asunto mientras el cancionero del ND junta millones de dólares con su mercancía La Memoria. (...) Acabo de ver varias películas: Crónica de una fuga, primero, Garage Olimpo, después. Pero es en Crónica… donde me desborda una irritación: los tipos que secuestraban parecen disfrazados de Los Babasónicos. Los bigotes, los anteojos, las chombas a rayas. Yo solo pido un poquito de prudencia estética. Prefiero la fragilidad de los años ’80, la deducción a tientas en escenarios reales de un relato binario, la conquista de la inocencia, el signo Aries que producía entretenimientos y cuentos de terror. Porque eso te transmite La noche de los lápices. La vi hace dos años entera por youtube, y te da la impresión de que se filmó en escenarios reales, de que la película agradece en los títulos la cesión de la picana de la comisaría 5ta de La Plata para filmar las escenas de tortura. El actor morocho de bigotes que siempre hace de cana, ¿era cana? Había en el cine de los ’80 una continuidad de la guerra. (...) Me inquietan los programas donde los historiadores del mañana meterán las narices para mirar la vida “del bajo pueblo”. Esa Gente que busca gente: un gran programa sobre el mapa familiar argentino. En cada historia se enredaba el desarraigo, las tradiciones, incestos, los silencios tremendos, los secretos, los abandonos que se pagan, que se pagan. (...) Escuchaba radio con mi abuela en la casa de Villa Tesei, sentados, oyendo uno de los mejores programas radiales en su mejor época: “Esto que pasa”, de Pepe Eliaschev, en Radio Nacional, durante el gobierno de De la Rúa. Mi abuela interrumpía con frases descolgadas, irritantes y duhaldistas que retomaban momentos anteriores de un diálogo casi infinito (“ay, esos del ERP, de doble apellido…”). Tengo en la memoria un editorial brillante del Pepe en defensa del censo 2001, cuando lo bombardeaba Ruckauf por el gasto público y los docentes por izquierda. Bajas pulsaciones de un Estado que se negaba a morir porque se negaba a dejar de saber. La soledad de ese censo era como la soledad de la política. ¿Está mal querer saber cuántos argentinos viven en piso de tierra? O, como rezaba esa tarde silenciosa el locutor: “No sabremos si los argentinos censados tienen agua por cañería dentro de la vivienda o fuera de ella. O si tienen agua dentro del terreno o tienen que ir a buscarla fuera del terreno. Ignoraremos, si el censo se aborta por la extorsión de los sindicatos docentes, de dónde proviene el agua que usa para beber y cocinar la persona censada ¿de la red pública de agua corriente, de la perforación con bomba a motor o tal vez con bomba manual? ¿De pozo con bomba o de pozo sin bomba, de agua de lluvia o de transporte por cisterna, de agua de río, de canal o de arroyo?” Eso, eso, ahora se sabe, ¿y de qué sirve saberlo? (...) ¿Por qué no decir que la fascinación con Perón incluye su razonamiento militar? El elemento militar en el pensamiento político. ¿Cómo se dice esto? ¿Cómo se piensa esto? Hay una fuerza, una fuerza en la que es posible elaborar virtudes coercitivas que aún reivindicamos, cuya ausencia acentúa el vago pensamiento militar del orden como orden perdido. (...) De repente alguien que fue criado por tíos y padrino, en el medio de un set televisivo, tiene cinco minutos para decir que busca a su madre. Que no encuentra a su madre. Que sigue sin encontrar a su madre. Su tiempo se va. Su tiempo tirano se va como agua corriente. La televisión por unos segundos invadida por una gran sombra fugitiva cuyo peso sobre un platillo liviano hizo saltar a todos los otros platillos que estaban ahí. La térmica también saltó: se hizo la noche en el día, por un segundo. Ahí había una desaparición. Y su denuncia en el lugar justo: en el continuado, en el tiempo televisado de vidas que merecen reencontrarse, conocer sus últimas verdades y secretos. ¿Fui abandonado, fuiste desaparecida? Alguien supo ir a preguntarlo al lugar correcto, puso su calco inestable sobre el cristal de la cámara, y ese viento virtual lo sopló a su velocidad de siempre. ¿Flotará en el espacio? ¿Era posible poner a disposición de esa búsqueda al aparato televisivo? Como si se hubiera producido una intersección de la densidad de todos esos desencuentros, de esas familias migrantes, como si su conmovedora domesticidad adquiriera un estado superior de drama... Ese pibe conectó el mas allá y el mas acá en un segundo, o, mejor: ese pibe para un nabo como yo (que lo miraba tratando de que se sobresalte) supo decir por qué ese programa (con toda esa gente sin rendirse en su búsqueda obsesiva, atrapada en las redes pegajosas de la parentela, resistiendo en las raíces de sus vínculos) valía la pena.

jueves, mayo 07, 2009

Hoy

Seguridad e inseguridad - algunas miradas de un problema contemporáneo.

Sabido es que al hablar de seguridad o inseguridad nos enfrentamos ante un asunto de difícil resolución. Intentamos complejizar el debate analizando el fenómeno desde diversos ángulos.

19hs. Proyección del film Cordero de dios, dirigido por Lucía Cedrón.
20.15 Intervalo.
20.20hs. Diálogos e intercambios vinculados a la temática.

Exposiciónes y palabras de docentes, invitados, amigos.

Juan Olivera/Francisco Pucci/ Matias Rodeiro/Martin Rodriguez Gastón Salcedo /Cristian Vaneskehian/Xumano/entre otros

Lugar: Biblioteca Nacional. (Agüero y Las Heras)

Sala: Juan L. Ortiz 3er piso
Día: Jueves 7 de mayo, 19 hs.
Organiza: Grupo político-cultural “Los Fueyes”

CORDERO DE DIOS de Lucía Cedrón. La trama temporal sobre la que se articula el film se desarrolla en el 2002 y está puntuada por hechos ocurridos en 1978. Los eventos del pasado van a encontrar un eco en el presente al que irán resignificando constantemente. En 2002, en plena crisis económica argentina, Arturo (Jorge Marrale), un veterinario de 77 años, es secuestrado en Buenos Aires. Su nieta Guillermina (Leonora Balcarce) de 30 años, debe negociar con los secuestradores el pago del rescate. Para ello, pide ayuda a su madre, Teresa (Mercedes Morán), quien aún vive en Francia, a donde se exilió en la década del ’70 junto con su hija pequeña, a raíz de la desaparición de su marido. En el presente y ante las circunstancias, Teresa se ve obligada a retornar a la Argentina a pesar suyo. Guillermina y Teresa llevarán adelante las negociaciones para la liberación de Arturo. A raíz de ello, ambas reviven dolorosos hechos del pasado cuando Teresa (Malena Solda) fue secuestrada por fuerzas para-policiales y Arturo quedó entonces a cargo de su nieta. Poco a poco, Guillermina, ahora adulta, va a ir descubriendo la intervención de su abuelo en 1978 en la liberación de su madre.

miércoles, mayo 06, 2009

PITROLA PELEA EL SEGUNDO LUGAR DE LA INTENCION DE VOTO ENTRE LOS SECTORES POBRES DEL CONURBANO

El Partido Obrero ha comenzado su campaña electoral en la provincia de Buenos Aires con una noticia animadora: nuestro candidato a diputado nacional, Néstor Pitrola, recoge el 5.1 por ciento de las intenciones de voto en el segundo cordón del conurbano y disputa el segundo lugar, detrás de la hipotética candidatura de Néstor Kirchner, en el estrato social “pobres”, con una intención de voto del 10.6 por ciento – de acuerdo a la última encuesta realizada por la Consultora Equis, que dirige Artemio López. Estos datos destacan el rol protagónico del Partido Obrero en este período transicional de crisis del capitalismo y de disolución del improvisado régimen político del matrimonio K.

Partido Obrero

martes, mayo 05, 2009

¿Piumato diputado? Ojalá.

¿Forster legislador? Se lo merece.

¿Andrea? ¿Andrea?

Luis

El mejor Mendieta.

(...) Y la fórmula afrancesada: se perfuma, pero no se baña. Algunos extrañamos el desodorante albertiano, el Glade palermitano. Luis D'Elía es uno de los dos mejores intérpretes teóricos del kirchnerismo. Así como el mejor intérprete territorial es Hugo Moyano (y ese cuadrazo detrás llamado Julio Piumato, el alfarero del barro moyanista). El otro era (¿es?) Alberto Fernández. Pero Luis, un líder maradoniano (sin dudas), no encuentra, como aullaba Fito, enemigos a la altura del conflicto. Ahora, sobre la base desfondada de los movimientos sociales, pide lugar, y no tiene peso: el kirchnerismo es la política que venía a erosionar a las organizaciones sociales, a burocratizarlas, estatizarlas, cristalizarlas, fumigarlas. Pero tras la fórmula de paz social Luis se iba a eyectar como un falso "libre pensador" de conexión directa con el cólico renal del poder: Luis parece suelto, parece el tornillo suelto en la máquina, y es puro aceite. Luis es kirchnerismo flotante. Luis está en todos lados, debe estar en todos lados. Encendió el fuego para quemarse, pero no habría fuego sin él.

Atiendanló!

lunes, mayo 04, 2009

Por suerte existe "el poder de la última palabra". O sea, un día de silencio radial, bajo el reino del voto compungido o feliz o victorioso o culposo o indiferente. Eso ocurrirá un 28 de junio soleado, con una mañana fresca. Mi mujer va a estar tensa, nerviosa, votará por primera vez. Nacida en el exilio, tres décadas después se encuentra con los documentos que afirman de dónde es, de dónde era, de dónde quiere ser, qué cosas puede elegir. No es poco. Y el 29 de junio, en muchas cosas será como el 28, porque seguramente alguien nacerá, y eso también será como cualquier día. Muchos nacerán. Algunos lo harán, por ejemplo, en la Maternidad Sardá, objeto de mi pasión barrial. Uh, me imagino las alegrías de muchas madres. ¿Puedo verlo, puedo verla, Doctor? Hay momentos en que uno también quiere ser una libélula. En que uno desea una suave veda electoral que dure varios días para situarse en la observación zen del crecimiento de una planta. Que lo público pase por el chorro de agua corriente que lava una planta de lechuga, así como en mi niñez lo público tenía el contacto del agua de una pileta del IMOS. No leer mas nada, ni siquiera leer mas blogs. O escribir blogs sobre el tiempo. Como dice Crónica: hay 21 grados ¡y es otoño! Esa es una noticia. Es una noticia buena. Es una noticia mala. No importa. Hoy me importa pensar en la mañana del 29, en la mañana del día después. Recuerdo un club del trueque en el que participé. Se organizaba en William Morris. Y era una fiesta. Y lo era por la sencilla razón de que no podía durar para siempre. Hay cosas que nacen para durar. Hay cosas que vienen para quedarse. Hay cosas que nacen y mueren. Hay cosas que nacen muertas. El 29 de junio, como el 28, el 27 o el 30 ocurrirá el milagro de la naturaleza y la cultura: nada. Será el día después de un día de esos, de esos que están buenos, en los que la gente habla de lo mismo. Y el 29... lo de siempre. Unos nacerán, otros morirán. La tierra dará su vuelta. Nos acercaremos un día mas a la próxima visita del cometa Halley... Yo quiero que el gobierno gane. Por eso lo voy a votar. Y muchos tendríamos que ir a pedir el voto para este gobierno. Ok, si leés esto, pibe, te lo pido, vení votanos. Argumentos para hacerlo hay. (...) Recuerdo ese club del trueque porque había algo de ese comunitarismo que no podía durar, por eso era tan intenso. Todo el mundo lo sabía. Pero es tan "fuerte" cuando ocurre... Hay una idea de unidad, de unidad en las cosas y la práctica, que es como un sentimiento religioso, atravesado por la sonrisa de la espontaneidad, de lo excepcional. Esto también pasará. Nada vuelve atrás. Hasta Mariano Grondona se sensibilizaba con las redes del trueque. Había una afirmación en la pobreza, conmovedora. Eso no volverá. Ese país no volverá. Un país amish, un país que por primera vez pisaba tierra, según muchos. Nos merecíamos caernos del limbo pavote de nuestros sueños. Argentina es un país que sueña ("fuimos demasiado lejos"). Pero bueno, somos un gran país. Esa es la fe que anima este blog. Dios es argentino.